A Propósito del "Zappeo" de Hueso Húmero
Habiendo leído el post Discrepancias por el zapping del blog de Iván Thays y revisado tanto la antología publicada en el último número de Hueso Húmero, Poesía Peruana Post 2000 (Un Zappeo), que nos habían sugerido revisar a propósito de la Antología de Poesía Joven Post 2000 que estamos preparando, pero que no habíamos visto aún; cuanto la columna de Abelardo Oquendo en La República, que reproduce si no el íntegro de la crítica-queja de Rubén Quiroz a dicha antología por considerarla incompleta o no representativa; nos es inevitable dar una moderada opinión, sin ánimo de echarle más leña al fuego ni meternos en riñas ajenas.
Nos parece que el asunto no va por la selección, cuestionable o no, sino por el título de la antología. Como dice Iván, "Rubén Quiroz, en realidad, da una lista de nombres y excluye otros, por lo que plantea en realidad es [sic] una antología propia. Ojalá se anime a hacerla y publicarla"; cada uno puede tener un selección distinta, por eso la llaman antología; que esté bien o mal hecha depende de los parámetros que se haya planteado el antologador y, como sugiere Quiroz, la accesibilidad que haya tenido a textos. Aunque otro punto a tenerse en cuenta puede ser los gustos del antologador, que idealmente no deberían inmiscuirse, pero que en la mayoría de los casos están presentes.
Pero volviendo al título, Poesía Peruana Post 2000, creemos que ése zappeo por la poesía peruana debió haber llevado otro título, pues mientras el nombre hace pensar en poetas aparecidos a partir del año 2000, encontramos poetas que tienen mas de una década escribiendo y publicando: la mayoría de poetas incluidos en este zappeo, gusten o no -ése no es el punto-, aparecieron en la década de los 90. Esto nos recuerda a los artículos con títulos tales como Poesía Joven que mencionan poetas con 5 o más libros en su haber, que aparecieron en los 90's, 80's o incluso 60's; o recitales con nombres como Poesía Siglo XXI en los que encontramos poetas en bastón leyendo sus textos.
Puede ser tentador -de hecho lo es- usar nombres marketeros pero podríamos tener más cuidado y consistencia al escoger los títulos o nombres de antologías, recitales o artículos para no desubicar a los autores ni confundir a los lectores.
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