Industria Cultural en Rojo
El editorial de Le Monde.fr ha puesto un dedo sobre la llaga cultural. Sucede que luego de varios años de ascenso consecutivos en las ventas tanto de cines, cuanto de Cd's y libros; fuertes bajones en el año 2005 han parado los pelos de muchos involucrados en la industria cultural. Los grandes del disco y el cine han culpado rápidamente a la piratería en Internet. Sin embargo, los economistas piensan que se está "sobredimensionando el sombrero del pirata; "aunque juega un papel catalizador. Estos afirman que la industria cultural atraviesa una doble crisis de concentración y de oferta.
Causas: Cambios Socioculturales
Para Denis Olivennes, Presidente de FNAC, un distribuidor europeo de productos de ocio cultural, se está dando "una mutación tan importante como la transición de la lengua latina a la lengua romance: aquella en que los bienes culturales se convierten en bienes de consumo masivo."
Para graficar esto, el diario ofrece un vistazo a una semana ordinaria: "El miércoles 25 de enero del 2006, 18 nuevas películas estaban en cartelera en los cines franceses. La víspera habían salido 32 DVD's al mercado. Por supuesto, quien no tuviera dinero suficiente podía escoger una de las 15 cadenas especializadas, hacer un zapping por 113 canales de cable, que pasan películas también, o navegar los sites de vídeo."
"Para los melómanos, 600 nuevos Cd's se anunciaban en las estanterías de los almacenes. Ëste podía optar también por una decena de estaciones de FM, millares de radios en Internet, o sitios de descarga de canciones. Y los amantes de los libros podían elegir entre 950 nuevos títulos."
Michel Gomez, delegado general de la sociedad civil de autores, realizadores, productores (ARP), menciona una segunda mutación, el paso de de "una era de escasez a una era de abundancia y de un modelo de consumo colectivo y un modelo individual."
El estar en medio de estos dos cambios hace que las reglas económicas de la moda también se apliquen a los bienes culturales. Esto significa que la velocidad de rotación de los productos culturales se incrementa, pues el consumidor necesita "una renovación permanente del placer."
Vistazo al Perú
Todo este artículo se basa en algo que está sucediendo actualmente en Francia. Es claro que esa realidad no es exactamente la nuestra. Perú no tiene esa tendencia a consumir cultura masivamente y no tenemos esa hiperoferta; o, al menos, eso nos parece. Quizá un vistazo al mercado cultural negro nos podría hacer ver las cosas de otro modo. Todas las semanas se renuevan los títulos de DVD piratas, más rápidamente que en las tiendas de vídeos originales y mucho antes aun que la película sea estrenada en el cine. Algo muy similar sucede en el caso de los CD's de música; y en cuanto a los libros, es un secreto a voces que los vendedores de libros piratas facturan más que las librerías, con precios más bajos, por cierto.
De hecho, en los ejemplos, me estoy concentrando en la pìratería. Pero, el fondo puede ser muy similar, pues es esa piratería principalmente, además de todas las opciones en Internet mencionadas en el caso de Francia, la que posibilita esa individualización del consumo, en nuestro caso. Hace tan sólo 10 años, menos personas coleccionaban películas o CD's de música y la razón era, particularmente, los precios de los productos.
La Excepción
En fin, un dato más que Le Monde da es que los dos más grandes editores franceses (Hachette Livre y Editis) no sienten la crisis, contando más bien con un insolente crecimiento de dos cifras porcentuales. Esto nos muestra que...
Futuro
El diario termina haciéndose las siguientes preguntas, ya que la mudanza a la individualización se va a acentuar, dicho cambio "¿dónde nos va a llevar? ¿A la baja de la inversión y una concentración en los valores seguros? ¿El triunfo de la música sola en línea y el reemplazo de los magnates del disco por los gigantes del telecom?" (Sudakarock, ¿qué dicen?) "El fin de la supremacía de las salas de cine en beneficio del DVD y la televisión?
Sea como fuere, conocer las tendencias socioculturales nos puede permitir reaccionar por adelantado y, mientras por un lado, prepararnos con un tipo de oferta adecuada (me refiero a todos los involucrados en la cadena de la industria cultural), por otro, intentar dirigir nuestros hábitos de consumo hacia el lado más saludable (y acá me refiero a los promotores culturales y autores, especialmente a esta joven camada que no hesita en usar las herramientas tecnológicas y marketeras).
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