Hotel Lima en Barranco

La presentación tuvo como comentadores al narrador José Güich y al crítico Javier Ágreda y como presentador a Juan Miguel Marthans, el editor. El primero habló de su relación con los libros de poesía y cuento de Ildefonso y el segundo de la temática y rasgos existentes en su obra desde Vestigios, su primer libro de poesía. Al hacer esto, Ágreda se abocó a la temática de los marginados y en especial a la tendencia de Miguel a dialogar con personajes de sus libros favoritos en lugares y situaciones que parecieran reales pero que sólo existen en su imaginación. Recurso patente en Las Ciudades Fantasmas, poemario con que ganó el Copé de Oro, y presente en su libro de cuentos El Pasó y, en particular, en Hotel Lima.

Al final, en corros variables, las copas ritualmente fueron alzadas por comentadores, invitados y amigos, entre los que se podían distinguir jóvenes escritores, menos jóvenes y reconocidos, como Juan José Soto, Ana María Falconí, Gonzalo Málaga, los Claroscuros (MaryCarmen y yo), José Pancorvo, Roxana Crisólogo, Fernando Ampuero, Guillermo Niño de Guzmán, Alonso Cueto, Antonio Gálvez Ronceros, el pintor Enrique Polanco (cuyo cuadro Eros y Tánatos ilustra la portada del libro), etc. Entre las sombras, alzando también añejas copas, algunos ojos podían avizorar a Beatrice cuchicheando con Dante, más allá a Rilke, Li Po, y por ahí a Beaudelaire, Rimbaud, a Joyce morándolos pensativo, a Humareda pensando “no puedo pintar esto,” etc.
Eberth Munárriz
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