Conversando con Palabra sobre los Abismos
Hace unos días Ciberayllu publicó una entrevista a Juan José Soto realizada por Santiago Risso, director de la asociación Mammalia, que tomó el nombre de su restaurante familiar, lugar donde se reunían en los noventas los entonces jóvenes poetas en recitales y conversatorios. Juan José Soto pertenece a este grupo de poetas aparecidos en la década del fujimorato y es un fervoroso difusor de las actividades literarias en nuestro medio; algo que hace por medio del envío por correo electrónico de una agenda semanal de dichas actividades, denominada Itinerario de la Palabra, que actualiza dos veces por semana. Contando con una base de datos de alrededor de mil direcciones electrónicas, de Perú y otros lugares, Itinerario de la Palabra es el medio de difusión en el que muchos escritores y promotores culturales dependen para dar a conocer sus actividades. Quienes deseen estar al corriente de lo que sucede en el ámbito literario actual, pueden escribir un correo a avefenix3333@yahoo.es pidiendo ser agregados. Quienes deseen avisar de eventos, enviando breves notas de prensa, también pueden hacerlo a la misma dirección.
Aquí un extracto de la entrevista:
Santiago Risso: ¿Cómo surge Palabra sobre los abismos?
Juan José Soto: La obra surge a fines de la década pasada y se consolida como libro en los primeros años del 2000. El leit motiv del poemario es la palabra misma; hurgar en ella, sus rincones, sus orillas, sus cimas y sus abismos y configurar una suerte de metapoética. Claro que esto último empieza a decantarse a medida que los poemas van surgiendo y la palabra poética reclama un espacio propio. Palabra sobre los abismos es en suma una apuesta por la palabra poética cercana a la tradición pero que intenta a su vez proponer una voz propia, un estilo particular.
¿Qué es para ti la generación del noventa? ¿Qué significado tuvo aquella década en tu formación literaria?
No sé si realmente se puede hablar propiamente de una generación del noventa, pero definitivamente en la década pasada surgieron muchos jóvenes poetas en torno a diversos grupos, universidades y talleres; poetas que hicieron visible su trabajo poético en recitales, lecturas, revistas, poemarios y antologías.
¿A qué poetas o escritores frecuentas? ¿Cuáles son tus influencias literarias?
Es inevitable mencionar también al enorme Rafael de la Fuente Benavides —Martín Adán— a Emilio Adolfo Westphalen, César Moro, Alejandro Romualdo y Juan Gonzalo Rose.
Por otro lado, si hablamos de influencias, te mencionaría más bien a poetas a los que me siento vinculado —unos en mayor medida que otros— en diferentes etapas de mi vida y a los que acudo para refrescar mi alma poética. Entonces debo mencionar —sin querer implicar nada por el orden— Pablo Neruda, de Residencia en la tierra; Vicente Aleixandre, De la destrucción o el amor; César Vallejo, de Trilce; Lorca, de Poeta en Nueva York; Thomas Eliot, de The Waste Land, entre los que me vienen a la mente.
¿Qué proyectos literarios o profesionales tienes?
Estoy trabajando mi cuarto poemario, no he decidido el título todavía; me gustaría, por otra parte, ver la posibilidad de postular a la Maestría de Literatura en San Marcos el próximo año. En fin, hay tantas cosas en mente, por ejemplo la creación de mi propia página web y un blog de poetas del noventa. Démosle tiempo al tiempo.
Risso, Santiago: «Juan José Soto: desafiando la palabra», en Ciberayllu [en línea] , 29 de mayo del 2006.
Quienes quieran leer la entrevista completa, pueden hacerlo visitando Desafiando la Palabra en Cibeayllu
XVI
Sobre los abismos una palabra
Una osamenta
El silencio a pie
La poesía revelada
Los soledosos espejos
La intensa penumbra
Una remota certeza
La ciega mirada
El mar de unos labios
Los sueños terráqueos
La orilla de los sinos
El nombre del Padre:
La palabra abisal.
Sobre los abismos una palabra
Una osamenta
El silencio a pie
La poesía revelada
Los soledosos espejos
La intensa penumbra
Una remota certeza
La ciega mirada
El mar de unos labios
Los sueños terráqueos
La orilla de los sinos
El nombre del Padre:
La palabra abisal.
De Palabra sobre los abismos (Lima, 2005)
Comments
Debo acaso corregir tan sólo un punto: los contactos no llegan a mil pero son más 500.Claro que sin considerar los reenvíos que hacen generosos otros amigos poetas en el Perú y el extranjero; así como los lectores que pueden acceder a la agenda a través de diversos blogs amigos, que desinteresados, resueltos y con el alma abierta, lo reproducen.Si eso se contabilizara estaríamos cerca del número 1000.
Al final se trata de aportar con un granito, infinitamente diminuto, en pro de la difusión de lo que hacen nuestros colegas poetas y escritores: eso es todo. Nada más que eso y en el camino estoy seguro alguien más tomará la posta pues "ITINERARIO DE LA PALABRA" es de todos ustedes.
Juan José Soto
Arturo Gómez
Carmen Luperdi R.
Presiciones
Las impresiciones en las que cae Faveron son elocuentes. Sino veamos esto: "¿Y cuál es la razón contundente por la que se debería excluir a Cueto? Al parecer, que no es suficientemente jamesiano. Así de ridículo. ¿Y a Ampuero? Porque "renuncia a la alegoría, el símbolo o la urgencia explicativa de interés". Después de leer a la Vaca, ¿alguien puede pensar que ella excluye a Cueto por no ser lo suficientemente Jamesiano, y a Ampuero por no hacer uso de la alegoría o el símbolo?
[...]
Así, cuando resalta la influencia de Henry James en el cuento de Alonso Cueto "La batalla del pasado" efectúa un acto de ironía involuntaria. James, bajo la superficie de una prosa meticulosa, consigue infiltrar el veneno de un erotismo sutil, en tanto más escondido más inquietante, que licua desde el silencio la castradora moral de su época. Si algo de erotismo existe en el cuento de Cueto, debe buscársele en el nivel de los quantas o de otras partículas subatómicas. Señalar la presencia de James en ese cuento -como el propio Cueto lo propone al caracterizar a su protagonista como un lector académico de este- es destacar cuánto fracasa "La batalla del pasado" en sus pretensiones de ser un relato jamesiano. Del mismo modo, valorar a Fernando Ampuero por "el regreso a las historias", como señala Thays en su prólogo, es ocultar que el límite y la efectividad del cuento "Kim Novak en París" se restringen a la anécdota, entretenida, como todas las del conocido periodista, pero que renuncia, sin ningún contrapeso compensatorio, a la alegoría, el símbolo o la urgencia explicativa de interés; a menos que se consideren novedosas e interesantes frases del tipo "el amor pierde a los amantes" o "el amor ha conducido a más de uno a la verdadera locura".
[...]
Líneas después Faveron dice: "En un exabrupto alucinante, la ternera con lapicero dice que no incluir a Carlos Gallardo constituye un caso de censura. No sé en qué momento Gallardo se volvió un miembro incuestionable del canon nacional, pero sí sé algo sobre Gallardo que me permite ingresar en el tema central de mi comentario: Gallardo es el blogger inconsciente que administra un sitio web en el que está permitido escribir anónimamente lo que uno quiera: con su auspicio, hay en Internet, en su propia página, comentarios racistas, antisemitas, misóginos, degradantes, e incluso amenazas y defensas del genocidio, además de un sinfín de calumnias que Gallardo recibe gozoso y almacena para felicidad de todos los trogloditas cibernéticos" . Y en todo esto que, ¿dónde estan las razones estrictamente literarias para excluir a Gallardo de esta antología, para el crítico Faveron? Porque aunque insuficiente la Vaca si lo hace: "-uno de sus-cuento(s) - de Gallardo- es un complejo juego de intercambios sobre el nombre, la consistencia del yo como objeto público y su valor en el tiempo y el espacio".
La idea es descalificar al crítico para que su crítica no tengan el impacto deseado. Si estamos en desacuerdo con la Vaca en que las diferencias personales no deberian trascender ese espacio, también debemos decir lo mismo de Faveron que lo único que hace es acusar a la Vaca de formar parte de los denominados blogs basura.
Si someter la crítica a los designios de nuestros afectos es inadmisible, lo es por demás una antología de la que se presume es una selección de no sólo escritores, sino, de textos que en el tiempo demostraran porque pasaron al olvido o no.