Solidaridad con Melissa


Lamentamos la detención de Melissa Patiño, pues no creemos que se encuentre implicada en grupo terrorista alguno. De hecho, aunque haya asistido a una reunión política en Ecuador (con fines subversivos o no, es algo que aún está en investigación), dudamos que antes o durante su viaje haya querido participar de ella; puesto que, hasta donde la conocemos, la política no es uno de sus intereses. Estos son más bien literarios o sociales. Además, de acuerdo con lo que Luis Enrique Amaya nos cuenta, él es quien había sido invitado a participar en dicho congreso, y dado que no podía ir, le ofreció a Melissa ir en su lugar. Creemos que infortunadamente para ella, las cosas no fueron lo que ella esperaba.

Por otro lado, viajar con gente que uno apenas conoce y toparse con sorpresas desagradables no es tan improbable como pueda pensarse. Nosotros mismos, Claroscuros, hemos viajado con gente, incluyendo organizadores, que no conocíamos o acabábamos de conocer, a reuniones o congresos literarios que resultaron ser muy distintos de lo que fueron pintados originalmente, y en los que inevitablemente fuimos testigos o víctimas de situaciones comprometedoras o vejaciones. En tales circunstancias, separarse del grupo e irse por su cuenta rara vez es una alternativa, especialmente cuando uno está en país ajeno, pues generalmente o los organizadores ofrecieron cubrir todos los gastos y uno se confía de eso y comete el error de cargar sólo una mínima suma de dinero para gastos personales de estadía o, si uno tuvo que aportar dinero para el viaje, los organizadores lo han recabado y son ellos quienes lo administran, quedando uno en similares o peores condiciones que la anterior. Dudamos, por ello, que Melissa haya llevado dinero extra para regresarse por su cuenta en caso fuera necesario. En consecuencia, pretender juzgarla por no “apartarse del grupo con que viajó cuando se dio cuenta de qué se trataba el congreso (si estuvo presente para darse cuenta, claro) y regresarse por su cuenta” es una decisión tan ligera y desinformada como la de Melissa de ir a dicho congreso en primer lugar.

Deseamos y confiamos que la policía, luego de la ineluctable y engorrosa investigación del caso, liberará a Melissa, para calma y felicidad de sus familiares y júbilo del círculo literario que reclama su libertad. Libertad de una indeseable detención que seguramente dejará en ella el aprendizaje que todo joven (escritor o no) debe sacar de esta experiencia ajena: informarse mejor con quién ha de viajar y en todo caso llevar siempre un monto de emergencia que cubra por lo menos pasajes de regreso. Esto es algo que aprendimos en experiencias menos complicadas y que quizá de haber compartido, nuestros amigos y amigas, como Melissa, las habrían aprendido, pudiendo evitar así semejante impasse.

Un abrazo y fe, que al calmarse la borrasca el buque llegará al puerto. Mientras tanto, amigos y familiares, a apoyarla en lo que esté en nuestro alcance.

Comments

Toronaga said…
A veces uno sin querer se encuentra en el lugar equivocado con la persona equivocada..
Martín Gvevara said…
Un abrazo fraternal desde México.

Igual caso con nuestra compatriota: Lucia Moret

Por la libertad sin ser tachado previamente!

Popular Posts