Premios Paz y Cervantes

Dos poetas españoles acaban de ser galardonados con un premio importante de poesía: Pere Gimferrer con el Premio de Poesía y Ensayo Octavio Paz 2006 y Antonio Gamoneda con el Premio Cervantes 2006.


Pere Gimferrer (Barcelona 1945), ganador de numerosos premios en España, desde que recibió el Premio Nacional de Poesía en 1966 por Arde el Mar, entre los que se cuentan el Premio Nacional de Literatura de la Generalitat de Catalunya (1997), el Premio Nacional de las Letras Españolas (1998) y el Premio Reina Sofía de Pesía Iberoamericana (2000), esta vez ha merecido el Octavio Paz entre 25 candidatos, en opinión del jurado "tanto por la riqueza y el vigor de su obra como por la forma en la que reescribe la tradición y contribuye a la vanguardia." Además Ferrer, quien es "capaz de alternar el castellano y el catalán, es una de las más lucidas conciencias poéticas contemporáneas", agregaron. El galardón, dtoado de 100 000 dólares, sería entregado el 31 de marzo próximo, aniversario del nacimiento de Octavio Paz, aunque "eso depende de la agenda del galardonado," manifestó la viuda del autor de Libertad bajo Palabra y Nobel de Literatura 1991.




Por su parte, Antonio Gamoneda (Oviedo 1931), Premio Nacional de Poesía 1988 por Edad, Premio Castilla y León de las Letras y Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana por el conjunto de su obra, se ha hecho acreedor a 90 180 euros al haber sido anunciado ganador del Premio Cervantes de este año por la ministra de Cultura de España, Carmen Calvo. Hace poco, al recibir el Reina Sofía, el poeta dijo "La poesía no es exactamente literatura de ficción, sino que es una emanación de naturaleza existencial y expresa el sufrimiento y el gozo. Silencio, soledad y una hoja en blanco. Es entonces cuando se produce la gran pasión por la escritura y se manifiesta el pensamiento poético. La alegría aparece simultáneamente con el sufrimiento, y eso tiene más importancia que los premios aunque éstos resulten gratos."

A continuación un par de poemas de los galardonados.



Pere Gimferrer



Arde el Mar

Oh ser un capitán de quince años
viejo lobo marino las velas desplegadas
las sirenas de los puertos y el hollín y el silencio en las barcazas
las pipas humeantes de los armadores pintados al óleo
las huelgas de los cargadores las grúas paradas ante el cielo de zinc
los tiroteos nocturnos en la dársena fogonazos un cuerpo en las aguas con sordo estampido
el humo en los cafetines
Dick Tracy los cristales empañados la música zíngara
los relatos de pulpos serpientes y ballenas
de oro enterrado y de filibusteros
Un mascarón de proa el viejo dios Neptuno
Una dama en las Antillas ríe y agita el abanico de nácar bajo los cocoteros

Sistemes

La poesia és
un sistema de miralls
giratoris, lliscant amb harmonia,
desplaçant llums i ombres a l'emprovador: per què
el vidre esmerilat? Com parlant ­de conversa
amb les tovalles i música suau­ jo et diria, estimada,
que aquest reflex, o l'altre, és el poema,
o n'és un dels aspectes: hi ha un poema possible
sobre la duquessa morta a Ekaterinenburg,
i quan es mou el sol vermell a les finestres, jo recordo
els seus ulls blausS No ho sé n'he passat tantes, d'hores,
als trens de nit, tot llegint novel.les policíaques
(sols a la casa buida, obríem els armaris),
i una nit, anant cap a Berna, dos homes es besaren al meu departament
perquè era buit, o jo dormia, o era fosc
(una mà cerca l'altra, un cos l'altre)
i ara gira el cristall
i amaga aquest aspecte: el real i el fictici,
la convenció, és a dir, i les coses viscudes,
l'experiència de la llum als boscos hivernals,
la dificultat de posar coherència ­és un joc de miralls­,
els actes que es dissolen en la irrealitat,
els àcids que envaeixen velles fotografies,
el groc, la lepra, el rovell i la molsa que esborren les imatges,
el quitrà que empastifa les cares del nois amb canotier,
tot allò que una tarda morí amb les bicicletes,
cromats vermells colgats a les cisternes,
a càmara lenta els cossos (a l'espai, com al temps) sota les aigües.
(Enfosquit com el fons d'un mirall esberlat, l'emprovador
és l'eix d'aquest poema.)


Antonio Gamoneda



Pavana Impura

Tu cabello en sus manos; arde en las manos del vigilantede la nieve.

Son las cebadas, la siesta de las serpientes y tu cabello en elpasado.

Abre tus ojos para que yo vea las cebadas blancas: tu cabezaen las manos del vigilante de la nieve.

* * *

Todos los árboles se han puesto a gemir dentro de mi espíritual recordar tus bragas en la oscuridad, la luz debajo de tu piel, tus pétalos vivientes.

Atravesando los aniversarios, a veces viajan las palomas ebrias.
Venga desnuda tu misericordia, ah paloma mortal, hija del campo.

* * *

El mirlo en la incandescencia de tus labios se extingue.
Yo siento en ti grandes heridas y te desnudas en mis fuentes.
Se extingue el mirlo en las alcobas blancas donde soy ciego,
donde, algunas veces, suenan en ti grandes campanas.


Sábado:

Estoy desnudo ante el agua inmóvil. He dejado mi ropa en el
silencio de las últimas ramas.

Esto era el destino:

llegar al borde y tener miedo de la quietud del agua.



Geórgicas:

Tengo frío junto a los manantiales. He subido hasta cansar
mi corazón.

Hay yerba negra en las laderas y azucenas cárdenas entre sombras,
pero, ¿qué hago yo delante del abismo?

Bajo las águilas silenciosas, la inmensidad carece de significado.


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