A propósito de "La Cultura No Se Restringe"


Hemos recibido varios comentarios sobre el tema este de la restricción de la cultura, que intituló nuestro anterior post. Algunos piensan que la cultura debe ser libre y gratuita; otros, como Denegri, opinan que así como le costó a él libros, tiempo, dinero, etc, la gente debe pagar para tener acceso a la cultura. Podemos entender pago como un modo de restricción; para algunos el modo más grave.

Mmmm. Aunque ese titular tenía que ver con un evento literario en la Feria Ricardo Palma (El Homenaje a Marco Martos), si tuviera que ser totalmente libre y gratuita, viene la pregunta: quién les pagaría a los actores de una obra de teatro o de dónde pagarían equipo y demás un grupo musical, del género que fuere. Éstos también son eventos culturales, ¿no es así?

Por otro lado, si existe un tipo de restricción (monetaria, por invitación, argollera, etc), regresaríamos a los tiempos feudales, en que sólo una elite (eclesiástica o noble) podría tener acceso a ella. Más aun, regresando al tema literario, ¿quién pagaría por ver a cuatro gatos leyendo texto tras texto (poemas, cuentos, o ensayos!)? peor, mal y aburridamente? peor aun si son malos? No sorprende que quienes van a los recitales sean casi siempre los mismos: los escritores, sus amigos y uno o dos estudiantes de literatura (quizá). -Parece que muchos escritores se han olvidado o desconocen que el fin primero (aunque no primordial) de un evento literario o un libro "creativo" es entretener, luego viene lo demás: informar, romper esquemas, inspirar, emocionar, etc.-

Aunque cobrar por el ingreso involucra conseguir público que pague, y esto involucra invertir tiempo, creatividad y esfuerzo para convencer a ese público que vale la pena hacerlo. ¿Le vendría bien eso a nuestros promotores literario-culturales y escritores? No lo sé, pero supongo que al público sí, ¿no?

Alessandra Tenorio y Doris Moromisato nos contaron que cuando hay eventos con brindis en las ferias del libro, hay personas que van a dormir durante el evento y beber al final de éste, quitándole espacio a quienes sí quieren ir a escuchar; por ello, hacen el ingreso con invitación. La pregunta es ¿podría encontrarse otra forma de dejar a esos dormilones afuera y permitir el ingreso a quien no puede conseguir invitación pero sí quiere escuchar? Naturalmente no estamos hablando de los soporíferos mencionados arriba, porque entonces dormir es lo adecuado, ¿no?

Por último, en cuanto a las personas que no pueden pagar ni para ir a un evento; ellas generalmente desconocen de la existencia de estos eventos; de modo que ¿no deberíamos empezar por ir nosotros a ellos?

Parece que me la he pasado haciendo preguntas; pero hay espacio para una más, ¿no? ¿Qué piensan ustedes?

Comments

Enigma said…
Creo que ni tanta uz que queme al santo ni tan poca que no le alumbre, y no es tener postura relativista; hay espectaculos que necesitan una retribucion economica ya que la inversion en equipo, tiempo y lugar es muy fuerte, por ende los costos son elevados... hay espectaculos que pueden ser mas baratos y sencillos.

Lo importante es tener una oferta cultural a todos los gustos y bolsillos, me encantara cuando pueda tener un Sor Juana Ines de la Cruz original, pero por el momento, edicion de pasta dura de hace unos años, me encanta.

Saludos desde Mx.

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

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